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lunes, 26 de junio de 2017

Black Road : repitiendo tres veces el nombre maldito


El manto de la noche ha caído sobre la tierra, la obscuridad se ha adueñado del lugar para darle espacio a los ritos que despiertan a los poderes ocultos en honor del maldito. Brujas y demonios danzan alrededor de la hoguera ritual hasta que la sangre de una hermosa mujer se escapa de sus venas al roce del cuchillo. Damas y caballeros se entregan al mal con la esperanza de alcanzar su deseos más prohibidos, sin embargo todo queda cubierto bajo el pesado velo de la muerte.

Esta imagen sea quizá una de las más recurrentes en los últimos años gracias al boom que se ha dado alrededor de las viejas películas de terror y el renacimiento del occult rock setentero que con sus semillas nació lo que hoy conocemos como doom. Muchas bandas durante la última década se han subido al mórbido tren de lo maligno, sin embargo, sólo algunas han logrado despuntar del resto, ya sea por su calidad interpretativa, por su estilo sonoro o por un tema en especial... y aquí es donde nos encontramos con Black Road.


Esta historia comienza a mediados de 2015 cuando el guitarrista Tim Morano cansado de participar en diversos proyectos que no lo terminaban de satisfacer, formó una banda clavada en aquellos densos sonidos retros con su chica y algunos compañeros de la escuela. Fue así como nació en la ciudad de Chicago Black Road, teniendo a Anthony Petrucci en la batería, Andrew Becker en el bajo y Suzi Uzi en las vocales. Tras un tiempo tratando de definir su estilo y componiendo temas propios, el grupo comenzó a sufrir algunos cambios en su alineación hasta que en noviembre de 2016 llegaron de manera definitiva Robert Gonzales en la batería y Casey Papp en el bajo para completar a Black Road junto con la pareja.

La banda tiene como obvio referente visual a Suzi Uzi, una chica que nos recuerda un poco aquella facha de niña buena tratando ser mala como ocurre con Laura Dolan de Electric Citizen; pero una vez que toma el micrófono para entonar sus tétricas líricas termina escuchándose como a las hermosas brujas que nos ha regalado el rock obscuro de los últimos años como Johanna Sadonis de  The Oath y Lucifer, Jillian Taylor de Ruby the Hatchet, Alia O'Brien de Blood Ceremony o Virginia Monti de Psychedelic Witchcraft y Dead Witches.


En lo musical, Tim Morano es el guía obligado a través de sus demoniacos riffs y espeluznantes solos que se arrastran sobre aletargadas melodías que adoran el primer doom. Por algunos instantes podemos descubrir escasos vestigios de la ácida psicodelia y el heavy blues setentero, aunque todo termina ahogado por el denso tufo de la maldad y la noche. La llegada de Robert Gonzales y Casey Papp ha logrado que Black Road descienda a los abismos gracias a la precisión en los ritmos que dan soporte a la melancólica guitarra que no frena ni un segundo de llorar su maldición.

A partir del estilo que ha ido confeccionando Black Road a fuerza de ensayo y presentaciones, la banda logró en agosto de 2016 un contrato con DHU Records, disquera originaria de Países Bajos que tienen en su catálogo a grupos como Doomstress, Old Blood, Year of the Cobra y Youngblood Supercult. A partir de este canal de difusión, los de Chicago pretenden publicar durante este 2017 un álbum que pueda reunir lo hecho en su corta carrera, además de que les sirva como plataforma física para su crecimiento.


Por lo pronto, Black Road ha lanzado a través de su página de Bandcamp varios sencillos y versiones en vivo de los temas que contendrá su esperado disco, lo que nos ofrece una cara idea de su concepto y su sonido. Inspirados en aquellos filmes de serie B y leyendas místicas alrededor de la magia negra y el ocultismo, la banda construye espesos himnos que no se encierran bajo un solo punto de vista, sino que exploran diversas posibilidades sonoras que brindan una diversidad en el estilo y una oportunidad para atrapar a los incautos escuchas que tengan la suerte de encontrarlos.

Por medio de su canal de YouTube, el grupo presentó el video promocional de su primer single grabado en estudio: "Bloody Mary", tema grabado por Brad V Earl y mezclado por John Morrison y la propia Suzi Uzi. Lo que comienza como un inocente paseo por los bosques, se transforma en una historia de terror que nos muestra rituales satánicos, casas embrujadas y hasta "la mano de la gloria", objeto malévolo del cual ya habíamos escrito su leyenda gracias al tema "Ninth night" de Wolf People (reseña-review). Sin embargo, la historia creada y filmada por Don Corthier queda eclipsada bajo la figura de Suzi Uzi iluminada entre velas y la banda tocando entre amplificadores.


"Cuando la obscuridad golpea, ella llega sin misericordia arañando y rasgando la carne, dibujando con tu sangre. Repítelo tres veces y te arrepentirás, pero será demasiado tarde pues el daño estará hecho. Mira tu reflejo y apaga la luz, el miedo crece adentro de ti y se anticipa al terror. No digas su nombre, porque la condena es real y el dolor que sentirán no es tan sólo un mito..."

"Bloody Mary" es un tema entrecortado donde la guitarra sirve de afilada navaja mientras el resto de los instrumentos golpean salvajemente hasta dejarnos derribados en el suelo. Una voz hipnótica nos cuenta la historia de un alma en pena que al ser repetido su nombre tres veces ante el espejo se aparecerá para descuartizarte. Sin embargo, al susurrar en tres ocasiones Bloody Mary lo que aparece es un desgarrador solo nacido de las manos de Tim Morano que literalmente nos toma de sorpresa tras una desoladora pausa musical de fantasmal atmósfera para clavarnos literalmente cada nota en el cuerpo.


El primer single lanzado en marzo de 2017 por Black Road realmente nos hace frotar las manos además de despertar la ansiedad porque que pronto sea publicado su álbum debut. Por lo pronto, podemos escuchar los adelantos grabados en vivo para que estemos preparados de lo que son capaces sobre el escenario, por lo que no sería extraño que próximamente se conviertan en una de las bandas fundamentales dentro de la escena de occult rock norteamericano. Mientras éso ocurre, pulsemos de nuevo sobre el botón de play y dejemos que la sangrienta María nos destruya otra vez...

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