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viernes, 17 de junio de 2016

Ruínas de Sade : Cthulhu, el hombre y la muerte


Día a día, noche a noche, momento a momento, Brasil nos regala música que simplemente nos hace explotar la cabeza. Desde sus profundidades ha nacido un monstruo sonoro decidido a devorar a quien cruce por su camino, una densa bestia que sin duda aplastará a todo aquel que escuche su poderoso clamor nacido en el más obscuro abismo. Sin oportunidad para salvarse,  nos sumergimos en sus profundas aguas hasta ahogarnos en la lúgubre atmósfera que la rodea.

Una tarde cualquiera llegó un mensaje electrónico desde Brusque, Brasil. Quizá no debería extrañarnos si dicho lugar fue uno de los primeros en América Latina que se abrió a las nuevas tecnologías al ofrecer computadoras de manera pública. Un link de Bandcamp y unas cuantas líneas escritas por Paulo Machado, columna vertebral de Ruínas de Sade, habían llegado a nuestras manos a través de Facebook. Antes de contestar algo, era obligatorio dar click y prestar atención a lo ofrecido… pero la sorpresa fue enorme, un golpe directo a las neuronas, una gigantesca sacudida apenas comparable con la majestuosa imagen de Cthulhu que sirve de portada para este EP. Sin un momento más que perder, la respuesta fue enviada con el deseo de establecer un puente de comunicación a pesar de la gran distancia.


Ahora es el momento para escribir del debut discográfico de Ruínas de Sade. Masticado y digerido los tres enormes tracks que lo conforman, nuestras palabras fluyen para hablar de un poderoso y lúgubre disco que, sin temor a equivocarse, nos sumerge en una atmósfera abismal hasta ahogarnos con su peso, su fuerza y su intensidad. 

¿Pero quién carajos son estos tipos?

Brusque es una ciudad brasileña del estado de Santa Catarina, al sur del país. Siendo un lugar fundado por alemanes y luego habitado por inmigrantes italianos y polacos, la mezcla de culturas europeas y americanas inunda la sangre de los nacidos en este bello lugar cruzado por el río Itajaí Mirim.

De entre sus calles surgió una banda de hard rock y grunge con tintes progresivos setenteros que se llamó Epitáfio da Luna, misma que se estrenó en los escenarios durante 2014. A pesar de la aceptación que tenía la banda dentro de la escena local de Brusque, el grupo comenzó a tomar otros rumbos melódicos que los llevó a destruir lo alcanzado para comenzar desde cero en julio de 2015.


De los restos de Epitáfio da Luna nació un nuevo proyecto instrumental que buscaba encontrar refugio en el stoner, aunque poco a poco en los ensayos terminó siendo la base el doom. Para el nombre de la banda, el bajista Paulo Machado mezcló dos ideas: la filosofía del placer del Marqués de Sade y la palabra mágica ruinas, la cual tomó tras ver la película Saló de Pier Paolo Pasolini, la cual está basada en la historia de Sade Los 120 días de Sodoma. De esta manera, Ruínas de Sade está enmarcada por la referencia sado-masoquista, erótica y transgresora del deseo humano.

En la metamorfosis de la banda permanecieron el baterista Iuri Jordani y el guitarrista Gustavo, con los cuales el grupo fue construyendo su nuevo sonido. Sin embargo, decidió convocar a un vocalista para poner voz y letra al proyecto, encontrando al hombre perfecto en Hugo Grubert (ex -vocalista de Blast Sallad, banda tributo a Black Sabbath).


Para agosto de 2015, Ruínas de Sade sufrió un cambio definitivo: Iuri decidió abandonar el barco para dedicarse al 10o por ciento a otra banda de la cual formaba parte. Ante esta situación, Gustavo Gamba se pasó a la batería y recomendó a su amigo Vitor “Bob” Zen para que se hiciera cargo de la guitarra eléctrica . A pesar de los cambios, y lejos de retrasar el trabajo de la banda, la nueva alineación se metió a casa del propio Gustavo para grabar parte de lo que estaban creando.


A finales del mismo 2015, le grupo tenía preparadas tres poderosas canciones que fueron terminadas en Solana Star Studio, mismas que fueron enviadas al Superfuzz Studio de Río de Janeiro para que fueran mezcladas y masterizadas. Fue así que para marzo de 2016, el primer EP de Ruínas de Sade fue publicado a través de Swap Metal Records, y en un tiraje posterior, por South American Sludge Records del argentino Sergio Chotsourian, guitarrista de la leyenda stoner Los Natas.

Para redondear tantos logros en tan corto tiempo, la portada de la placa cuenta con la ilustración de Ars Moriendee, un artista gráfico de Belo Horizonte que ha realizado trabajos para gente como Christian Mistress o Son of the Witch, además de diversos carteles para eventos y festivales de metal y doom. Para la tapa del EP de Ruínas de Sade, podemos observar una monumental imagen de Cthulhu, aquella mítica deidad del universo de H.P. Lovecraft cercana a un coloso pulpo que trae consigo destrucción locura y caos.


El concepto

Ruínas de Sade es un monstruo sonoro apenas comparable con el que se encuentra en la portada del disco. Acordes lentos que asemejan pasos que arrastran un pesado grillete, ritmos aletargados que nos sumergen en las obscuridades abismales y fuertes estruendos que cimbran la tierra desde sus cimientos contenidos en tres tracks sin piedad ni clemencia.

Aunque las líricas pueden remitirnos en un primer instante a las obvias referencias del doom sobre muerte, seres de ultratumba y monstruos sobrenaturales caídos desde otras galaxias, Ruínas de Sade tiene como trasfondo en sus letras la filosofía existencialista y el nihilismo de Friedrich Nietzsche en equilibrio con el mórbido erotismo del Marqués de Sade; una extraña mezcla que al escarbar sobre ella podemos encontrar un punto de coincidencia: el rompimiento de la moral establecida para abrir las posibilidades a nuevos caminos para el hombre.


Bajo estas ideas, sería obvio que la banda trabajara la música para que encajara con las profundas líricas creadas por Hugo Grubert y las ideas de Paulo Machado; sin embargo, lejos de crear las melodías a través del clásico jamming, el grupo construye todo a partir de riffs que va tejiendo meticulosamente hasta consolidar una canción completa, odas monumentales que son finalmente coronadas con las letras una vez conformado en denso telón de fondo.


El sonido de Ruínas de Sade se remite directamente al Black Sabbath más lúgubre, al stoner más denso inspirado en Sleep y al doom lisérgico de Electric Wizard, aunque la propia banda habla también de Queens of the Stone Age y Stoned Jesus como referencias; pero aclaran que jamás como un tributo o una copia, gracias a su afán de crear un sonido propio.

Ruínas de Sade fue creado y grabado “en casa”, en el cuarto de ensayos y en el garage que directamente nos llega a los oídos. Fuerza bruta sin mediaciones ni filtros que no hace entender que unos cuantos guitarrazos bien estructurados, una lírica bien pensada y un colosal sonido puede crear un maravilloso y virtuoso caos. La destrucción lleva a la reconstrucción y nos regala un pedazo de disco fenomenal, un devenir creativo que rompe con cualquier cosa esperada para sorprendernos con su poder, su densidad y su obscuridad.

Canción por canción

Funeral do Sol: “Será mejor que lo aceptes y no decir adiós, porque a veces existe un regreso. Ahora están aquí, pero no te engañes a ti mismo, ellos ya no son lo que solían ser. La noche caerá y llegará el funeral del sol. Un estruendo golpea los oídos cuando escuchas el grito seco de los heridos rodeados por una neblina de formol. El miedo y el dolor arrancan el calor de la espina que sabe a hierro. ¿Cómo pueden seguir andando, moviéndose, arrastrando sus cadenas  a pesar de la condena que ahora es su destino? No existe la suerte cuando tu propia muerte camino a tu lado…”

Una marcha fúnebre, una oda a los muertos vivientes, despojos humanos que han salido de sus criptas para encontrar venganza a su terrible muerte. Acordes secos golpean sin piedad marcan el penoso paso de los sin vida en donde el umbral entre el más allá y nuestra realidad se entrelazan y rompen sus barreras. Riff lento que sólo cambia en su volumen e intensidad en recuerdo directo al himno homónimo de Black Sabbath, mismo que es partido a la mitad por una pausa misteriosa tras un sublime y pasmado solo de guitarra para abrir paso a una danse macabre que sirve de fondo para un salvaje aquelarre. Las brujas y los demonios bailan eufóricos frente a la fogata mientras el hombre comprende su destino: lo único seguro que tiene es su muerte. Angustia y desesperación que sólo encuentran la cura en este baile de zombies sin salvación.


Para promoción de la banda, se decidió extraer esta canción del EP y lanzar un video promocional en el canal de YouTube de Ruínas de Sade. Tomando escenas de la película norteamericana “Night of the living dead”, filme de terror  a blanco y negro de serie B publicada en 1968 que fue dirigida por George A. Romero, “Funeral de sol”  sirve de soundtrack para las famosas escenas de sangre y muerte. Aprovechando el descuido del productor de eliminar la declaración de derechos de autor en la edición final, la banda utilizó la película para los más de nueve minutos que dura la rola, debido a que se puede utilizar libremente sus imágenes.


Divindade abissal: “Aquellos que cruzan el océano no lo confiesan, pero profesan otro tipo de fe. Cuando están en el mar no rezan por nadie más. Ahí están tambaleándose como borrachos, consumiéndose en el miedo por la locura y enfermedad que provoca la tormenta. Aquí en la profundidad, en la obscuridad  y en la belleza que causa la muerte, el corazón siente el efecto de la profundidad. Las criaturas que habitan el fondo del abismo vuelan alarmadas porque sienten su despertar. Cientos de ojos se abren, todo será observado. Aquí abajo todos saben que jamás hubo un Cristo salvador. ¿Quién podría imaginar que un día llegaría tan hondo y que con alegría se vería el fin del mundo?”

La ilustración de Ars Moriendee en la portada del EP nos lo había advertido: la abismal deidad creada por la imaginación de H.P. Lovecraft tendría su espacio dentro de acordes de Ruínas de Sade. Este es el himno para Cthulhu, para el ser colosal caído en la Tierra desde el cielo y que duerme en el fondo de los océanos encerrado en la ciudad de R’lyeh. Las estrellas se han alineado y ahora es el momento en que la criatura despertará de su profundo sueño para traer caos y violencia que acabará con la humanidad.


El doom se apodera del océano, un hipnótico vals de notas distorsionadas y tétricas que nos sumergen en las aguas profundas hasta alcanzar la obscuridad eterna de los abismos. Una voz ahogada y burbujeante nos cuenta sobre un extraño rito sobre un gigantesco ser extraterrestre de tentáculos y alas en su espalda. Las guitarras se callan para dar espacio a un poderoso bajo que no deja un solo instante de entonar la monótona melodía, aquella que lleva el ritmo de las olas del mar. Un estruendo y ensordecedor grito se escucha desde las profundidades, este es el sonido que anuncia que la temida bestia ha despertado.


Cadáver da Terra: “La humanidad ha caído en el complejo de Edipo. Midiendo y calculando el tamaño del universo sin saber para qué, quizá lo único que haga con ello será asesinar a su padre imaginario. Sobre el cadáver de la Madre Tierra se desarrollan larvas que conllevan guerras, armas y esclavitud. En las periferias del tercer mundo la banca basura ha sido tirada, un tóxico que corroe todo pero que es justificado en nombre del progreso. Los niños mueren llenos de dolor y agonía, un genocidio comparado con una orgía. La razón debe ser guiada por el sentido de la vida y no ser el motivo o el motor para nuestro ímpetu suicida.  Se ha pasado el momento de unidad, ahora ser racional significa dividir gracias a la idea de “sólo pensar en mí mismo”. Juntos podemos enfrentar nuestro fin…”

El hombre enfrentado con la naturaleza, la razón y la tecnología contra el azar y lo natural. En nombre del progreso, la humanidad ha acabado con todo a su alrededor; pero no da cuenta que al hacerlo se está matando a sí mismo. Este es el espejo que ha cegado a Narciso, Ícaro retando a la muerte, la razón que  despertó la ira de los dioses quienes encadenaron a Prometeo. Sin embargo, todavía exista una última oportunidad, la reconciliación entre los hombres más allá del egoísmo, el interés y la codicia. Unidad contra individualismo, esa es la respuesta y la única posibilidad de salvación.


Un guitarra oscila entre dos acordes, un lento péndulo que se agita sobre nosotros como aquella cuchilla que narraba Edgar Allan Poe. Un bajo reptante juega sobre el mástil para ofrecer un múltiple juego de notas que se contrapone a la hipnótica melodía. La intensidad crece segundo a segundo hasta que un nuevo riff nos roba la atención con su densidad para ahogarnos en una atmósfera que da la bienvenida a los cuatro jinetes del apocalipsis. Una fuerte voz entra para hablarnos del suicidio del hombre en su afán de progreso tecnológico y conquista del mundo natural sin freno ni reparo. El bajo cambia nuevamente la melodía tras su abandono en un desolado abismo de silencio, un eco distorsionado que busca regresar la mirada para encontrar una salida al laberinto que nosotros mismos hemos creado.  Un último cambio de ritmo de escalas insistentes se convierte en un pesado grillete que sólo sirve de entrada a un desgarrador final que implora un despertar tras el devenir. Cabe resaltar que el solo de guitarra nos toma desprevenidos hasta que poco a poco nos hace viajar hacia el más allá.



Las reseñas sobre el primer EP de Ruínas de Sade no se podían dejar de esperar, más allá de que sus tres melodías que lo conforman están cantadas en portugués y duran más 9 minutos cada una. La infinita densidad que se respira en ellas es imposible dejarla pasar, y al igual que un agujero negro, nos atrapa sin que podamos escapar de él. 

La banda se encuentra trabajando en lo que podría ser su primer álbum completo o un split junto con otro grupo, mismo que tendría composiciones en inglés con la intención de alcanzar un mayor público. Por lo pronto están girando en su natal Brasil, aunque ha sufrido la salida de su baterista Gustavo Gamba, el cual ha sido sustituido por Carlos "Molly" Civinsky. Tendremos que estar atentos sobre lo nuevo que ofrezca Ruínas de Sade, deseando que lo alcanzado en tan poco tiempo les sirva para convertirse en una de las bandas más importantes del género.




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