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lunes, 4 de enero de 2016

Demon Head: bienvenidos a las tierras del Invierno


Una vez que el otoño ha dejado nuestros días, el calor se aleja cada vez más de nosotros. Las obscuras noches se posan sobre el ambiente a través de su siniestra niebla. Esta es la tierra del hielo y la nieve donde terribles tormentas caen, donde la gente es fría y yo me siento viejo. Las puertas hacia al sur están cerradas, y aunque tú podrías estar aquí con tu cálida sangre, probablemente me has mandado al demonio. El miedo se alimenta de este frío insoportable. Nada se puede observar allá afuera mas que grandes campos congelados atestados de nieve bajo el manto de una hermosa noche. Los guerreros están listos para dar la batalla, esperando que sus almas no se llenen de escarcha. Sin embargo, el invierno cobra factura dejándome totalmente en soledad...

Ubicada en Escandinavia, Dinamarca es un pequeño país que vive el invierno de la manera más decorosa que el resto de sus vecinos nórdicos. Sin embargo, esta estación de año representa las dificultades que debe enfrentar el ser humano contra las fuerzas de la naturaleza gracias a lo extremo de sus temperaturas y lo hostil que se transforma su paisaje. Desde su capital y ciudad más poblada, Copenhagen, surge una excelente banda que recoge el sonido más clásico del doom para hablarnos de cómo influye la naturaleza que los rodea en su forma de pensar y de actuar: Demon Head.


El grupo nació en la capital danesa en 2012 con la intención de crear una banda que tocara doom y llevara en sus venas un sabor a obscuridad, ocultismo y fantasía tomadas de la mano de la naturaleza y sus extrañas fuerzas. Con este pretexto bajo el brazo, cinco chicos se unieron para crear a Demon Head: Jepe Wittus en la batería, Mikkel Fuglsang en el bajo, Thor Gjerluff Nielsen en la guitarra líder, Birk Gjerlufsen Nielsen en la segunda guitarra y teclados, y finalmente Marcus Ferreira Larsen en las vocales.

Poco a poco fueron trabajando con su sonido hasta lograr un poderoso combo donde la densidad del hard rock setentero se sintiera completamente en sus venas. Dejando a un lado las posibilidades digitales que nos presenta la actualidad, Demon Head encontró la posibilidad de meterse en una cápsula para viajar al pasado para construir nueva música por medio de los equipos analógicos. Gracias a ello, la banda se metió a los estudios de The Chaos Island en diciembre de 2013 para grabar  en una pequeña mezcladora de 16 tracks su primer single que contendría dos rolas: "Demon head" y "Winterland".


Por medio de Calgari Records y Levitation Records, la placa fue presentada en mayo de 2014 por medio de una edición limitada de algunos cassettes y 500 viniles de 7" bajo una reproducción de 33 rpm. Este formato logró explotar la grabación analógica de las dos melodías hechas por el productor Frëde y por la propia banda, llevándonos de regreso a los principios de los años setentas. En el transcurso del mismo 2014, Demon Head decidió encerrarse en una pequeña cabaña conocida como Heather Hills para regrabar las dos melodías del single junto con otras contenidas en un demo, conformando así lo que sería su disco debut bajo el título de Ride the wilderness, el cual sería publicado hasta mayo de 2015 a través de This Charming Man Records en formato de vinil y de Wolf Biker Records en disco compacto.



El sonido de Demon Head se puede resumir en canciones basadas en los conceptos melódicos de Pentagram, las ideas líricas bajo la lógica del rock pesado nacido de la profundidad del blues electrificado según los primeros discos de Black Sabbath y una estética sonora inspirada en la densidad del "I want you (She's so heavy)" del Abbey Road de The Beatles. Bajo esta lógica vintage, la banda podría convertirse fácilmente en un hijo bastado de la mítica banda sueca Norrsken, aquella que dió origen a los ya consagrados Graveyard (reseña) y Witchcraft. En su búsqueda por recuperar aquel hard rock que llevó a construir lo que hoy conocemos como doom, Demon Head logra realmente transportarnos a los setentas cuando las grabaciones eran hechas por todos los integrantes de las bandas en un mismo momento en diferentes tomas que después eran mezcladas, lo que generaba una sensación de "escuchar a los grupos en directo".

Las guitarras de los Nielsen se escuchan amplificadas por equipos totalmente analógicos, como si los bulbos hubieran sido desempolvados y los micrófonos fueran colocados directamente a su lado, casi sin distorsión y agresivos gracias al volumen con que fueron grabados. La batería se escucha directa, sin filtros y opacada naturalmente por el golpe de los platillos. El bajo se pierde bajo la mezcla del resto de los instrumentos y la obsesión de buscar un sonido retro lejos de la lógica del "subwoofer", es decir, la amplificación digital de los tonos graves. La voz se escucha por medio de la clásica grabación del doble track como se hacía con Ozzy Osbourne en Black Sabbath, pero el color que tiene Marcus nos lleva al recuerdo del viejo Bobby Liebling del Pentagram de los sus demos setenteros en una extraña mezcla con Glenn Danzig cuando lideraba a los Misfits (acusando de recibo los orígenes punk y metalero de Ferreira cuando formó parte de las bandas Alucarda y Scavenger Brats).
 
"Winterland" puede servir como excelente resumen de lo es Demon Head. En su profundidad sonora podemos escuchar un riff pentatónico que enmarca una melodía pegajosa que mezcla el doom setentero y los juegos rítmicos de guitarras gemelas que llevaron a crear la nueva ola del heavy metal en la Gran Bretaña de la mano de bandas como Thin Lizzy y los muy tempraneros Judas Priest. La lírica nos recrea el reto de enfrentase a las inclemencias de la naturaleza, personificando a las tierras congeladas por el invierno como Black Sabbath lo hacia con diferentes entidades naturales, logrando que el frío se respire en cada nota y cale nuestros huesos hasta la desesperación.

En la versión del single del vinil de 7" podemos escuchar la melodía acelerada donde el grupo logra definir cada instrumento con suficiente claridad. El sabor a los primeros discos solistas de Danzig son innegables, donde el juego del doble track en la voz en muy claro y el solo de guitarra de Thor juega con los feedbacks que le regala su amplificador, mientras un segundo solo le hace competencia en un claro tributo a Tony Iommi.


Para el album debut de Demon Head, Ride the wilderness, el grupo decidió volver a grabar la canción, en donde podemos escuchar algunos ligeros cambios. Primeramente, en los remates que le sirven de introducción podemos escuchar un muy ligero teclado que logra darle un toque de profundidad que no tenía su primera versión. En su mezcla, el doble track de la voz se escucha más "empatado" y no como si fuera un enfrentamiento que hacía que la lírica se perdiera. En la búsqueda de llevarnos al pasado, la grabación obscurece los instrumentos hasta al grado de escucharse como un muro sonoro que le quita distinción y claridad a éstos; sonido que fue logrado gracias a la masterización del material, trabajo realizado por el baterista de Kadavar, Chistoph "Tiger" Bartelt. Finalmente, el solo de guitarra deja a un lado el feedback con la intención de llevarnos a los setentas y no dejar ni un solo cabo suelto de actualidad.


El invierno ha sido muy duro y ha congelado todo a su alrededor. Como si las nieves no hubieran encontrado un solo rayo de sol desde la década de los setentas, Demon Head entona su melodía bajo la estética vintage más clavada que podríamos escuchar en toda la Escandinavia. El frío es inevitable en cada nota, el sonido gélido sopla un sabor analógico encantador y las voces sueltan un vaho hipnótico que serán difíciles de soltar.


1 comentario:

  1. Qué buena banda. La setenterez europea a todo lo que da. Muchas gracias por enseñar este álbum.

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